A pesar de diversas solicitudes ciudadanas, la Isla de Sacrificios no será reabierta al público, así lo confirmó Jezahel Miranda Zacarías, jefe del Departamento de Monitoreo de Arrecifes del Sistema Arrecifal Veracruzano, quien explicó que la decisión se basa principalmente en razones de conservación ecológica y protección legal.

“El valor ecológico de la isla es altísimo, dentro de un ecosistema marino altamente sensible”, destacó Miranda.

La Isla de Sacrificios forma parte del Parque Nacional Sistema Arrecifal Veracruzano, y se encuentra bajo una estricta zonificación que prohíbe actividades recreativas o turísticas, permitiendo únicamente tareas de conservación e investigación científica.

Entre los principales argumentos para mantenerla cerrada al acceso público, destaca la presencia de zonas de reproducción de especies de tortugas marinas, como la tortuga lora y la tortuga verde, ambas en peligro de extinción.

“La isla forma parte de un ecosistema arrecifal frágil y de alto valor biológico. En sus playas anidan especies que tienen hábitos reproductivos muy específicos, extremadamente sensibles a la perturbación humana”, explicó el especialista.

Permitir visitas podría alterar los ciclos reproductivos de estas especies y afectar gravemente la biodiversidad del área. Como ejemplo, recordó lo ocurrido en 2018, cuando un grupo de personas accedió a la Isla de Salmedina –que sí está abierta al público– y se documentó en video cómo fueron dañados varios nidos de tortuga durante la temporada de anidación.

Además de su importancia ambiental, la Isla de Sacrificios también está protegida por su valor histórico. Según Miranda Zacarías, existen vestigios arqueológicos en la isla, por lo que cualquier intento de reapertura requeriría la intervención y autorización del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

“La reapertura no puede decidirse con base en el interés turístico o económico”, advirtió. “Se necesitaría primero una modificación legal; después, la validación científica de que el ecosistema puede soportar cierto nivel de visitas sin afectación; y finalmente, una estrategia cultural que garantice la protección de los vestigios históricos”.

Todo ello tendría que enmarcarse dentro de una política de conservación activa y multisectorial, añadió.

En resumen, la Isla de Sacrificios permanecerá cerrada al público en el futuro próximo, en aras de preservar tanto su riqueza ecológica como su patrimonio histórico.