Yeidckol Polevnsky y su Nomenclatura, le han hecho un daño terrible, y casi irremediable a Morena; ha entregado pésimos resultados --perdimos 3 millones de votos este año y hemos caído 20 puntos en la preferencia electoral-- y son los que están echando a perder los principios y los ideales fundacionales de Morena.

Los han pisoteado sin pudor y lo único que les interesa son los cargos y los recursos económicos.

No tienen principios, sólo protegen sus intereses y sus torcidas telarañas ideológicas, al pretender imponer un modelo de partido viejo, autoritario, represor y censor de las libertades públicas y derechos políticos.

Si el Presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que se iba de Morena, es precisamente porque está enterado de lo que quiere hacer la Nomenclatura: agandallarse los cargos y luego las candidaturas con el ala ultra radical, para llevarnos a las cavernas de su intolerancia política, ya que les da urticaria la democracia, el debate y la apertura a la sociedad.

Yeidckol y su Nomenclatura deben irse de avanzada fuera de Morena y formar una secta cerrada, intolerante, excluyente y muy antidemocrática.

A ver quién los sigue.

Morena es del pueblo de México y no de sus pérfidos y oscuros intereses, los cuales están más cercanos al chavismo bolivariano, que al nacionalismo mexicano, tan rico, vasto y profundo.

La mayoría de los mexicanos estamos en el ala democrática y progresista, que estamos impulsando un cambio de régimen político moderno, contemporáneo, futurista y vanguardista.

La Nomenclatura quiere imponer un régimen político autoritario, retrógrada y lleno de prejuicios; intolerantes y facciosos.

Les deseamos que les vaya bien.