Compartir en Facebook4
Compartir en Twitter
La muerte violenta puede llegar de muchas maneras en Veracruz, sin embargo durante los últimos meses es notorio el fenómeno de las ejecuciones mediante el uso de la motocicleta.

El ruido del motor, tal vez el chirrido de las llantas o de los frenos que detienen apenas la marcha del vehículo de dos ruedas y los disparos, son lo último que llegan a escuchar las personas antes de ser asesinadas por personas que utilizan este medio de transporte para matar y huir.



Maestras, ancianos, jóvenes e incluso transeúntes comunes, que van camino a la tienda o saliendo del banco, son víctimas de este tipo de ataques, los cuales en su mayoría derivan en la muerte de una o dos personas por vez.

La facilidad de contar con una motocicleta, la rapidez del vehículo y la facilidad de huir en medio del tráfico, derivan en que los asesinos utilicen con frecuencia esta forma de operar, al estilo de lo que se hacía durante la década de los 80 en Colombia, durante uno de los momentos más cruentos de la violencia en ese país.

Hasta septiembre, este año, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, informa que se han registrado 940 homicidios dolosos en la entidad, aunque no precisan mayores detalles, si se puede saber que en muchos de estos se ha operado utilizando la motocicleta como medio de transporte.

En un recuento de notas periodísticas se puede saber que en sitios como Martínez de la Torre, Coatzacoalcos, Hueyapan de Ocampo, Veracruz, Orizaba, Acayucan, Xalapa, Isla y otros, son los municipios donde este tipo de ejecuciones fueron reportadas.



Las motocicletas usadas van desde aquellas de marcas populares como Dinamo, hasta algunas más costosas como la Ducatti, aunque no todas cuentan con placas de identificación o por la rapidez con que huyeron sus ocupantes, fue difícil identificarlas.

La constante es que son dos personas las que viajan en estas motocicletas al momento de ejecutar a sus víctimas, quienes igual pueden ser hombres o mujeres de cualquier edad y de cualquier ocupación al momento de sufrir el ataque.

Este año, uno de los primeros reportes fue el de una persona en Martínez de la Torre, que al salir del banco fue perseguida por dos sujetos a bordo de una motocicleta, quienes intentaron robarle lo que había sacado de la sucursal.

Los agresores le dieron alcance y dispararon, sin embargo fueron repelidos por los guardaespaldas de la víctima, quienes los persiguieron hasta que los derribaron de la motocicleta, robaron un taxi, el cual abandonaron calles más adelante y huyeron a pie.

Sin embargo no todos los casos han resultado con víctimas ilesas, pues días después, en Veracruz, un sujeto, al salir de hacer ejercicio en un gimnasio fue baleado por un par de hombres que viajaban en una motocicleta.

El hombre recibió dos impactos de bala, uno de ellos en la cabeza, lo que provocó su muerte de manera inmediata, mientras los agresores huían a bordo de una motocicleta cuyas placas y marca no fueron identificadas.

Las motocicletas no sólo son utilizadas para robar y ejecutar, sino también para facilitar la privación de la libertad de víctimas de diferentes delitos, como lo ocurrido en Ciudad Isla, donde una mujer de aproximadamente 24 años, fue llevada por la fuerza por tres sujetos que iban a bordo de dos motocicletas.

La joven fue llevada a un paraje que no conocía, donde fue abusada sexualmente, golpeada y abandonada, hasta que vecinos de la zona la encontraron y solicitaron ayuda de la Policía para atenderla.

Al menos una veintena de los homicidios dolosos registrados, se han dado con el uso de una motocicleta para sorprender a las víctimas y huir de la escena del crimen con rapidez.

Ante el crecimiento de los delitos –tanto robos como asesinatos- en los que se utilizó una motocicleta para huir, el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, presentó una iniciativa ante el Congreso para modificar la Ley de Tránsito, en el sentido de identificar con chaleco y casco a los motociclistas.

Esto, según la motivación expuesta en la iniciativa, buscaba sancionar a las personas que no tuvieran la placa de la unidad en el chaleco y el casco que portaban, pues esto permitiría identificar de manera rápida a los agresores.

La medida no gustó a los diferentes grupos de motociclistas por recreación y por trabajo, que vieron a esto como una manera de hacerlos blanco de extorciones, criminalización y hasta de agresiones por parte de la delincuencia.

Esto motivó múltiples manifestaciones en diferentes ciudades de la entidad, hasta que se desechó la propuesta sin ser aprobada en el Congreso Local.
fuente formato siete