Las plataformas digitales no deberían albergar información falsa’: Marc Amorós
Fecha: 08/11/2018
Hora: 06:59 hrs.




Si en verdad se quiere perseguir a los autores de noticias falsas, se debe seguir las pistas del dinero que generan. “No puede ser que una empresa como Cambridge Analytica se dedique abiertamente a esto y que cuando se destapa el escándalo se limite a cerrar sus puertas”, explica el académico español, Marc Amorós.

El especialista publica Fake News. La verdad de las noticias falsas (Plataforma), un libro donde analiza la forma en que circula la información en la actualidad.

Así que las fake news no son tan nuevas…

Las fake news existen desde que tenemos uso de la palabra. Se han dicho y circulado a lo largo de la historia. Lo nuevo es que los canales de difusión son más masivos, virales y rápidos. Una noticia falsa inventada en Macedonia puede invadir a Estados Unidos en menos de una hora.

¿Por qué las fake news son tan sugerentes?

Las fake news resultan muy atractivas porque confirman lo ya pensamos. El cerebro suele buscar información que le provoque confort y a nadie, o casi a nadie, le gusta entrar en conflicto con uno mismo. La noticia falsa que confirma tu opinión funciona porque te da la razón, por eso la compartimos.

¿Pero esto no nos habla de una pereza mental?

Claro, pero así somos. En este aspecto el cerebro es tramposo: busca hacernos felices y para eso busca información que confirme nuestra opinión. ¿Podríamos luchar contra eso? Sí, pero necesitamos mejor educación y entender que el acto de informarse es un ejercicio voluntario que cuesta tiempo y dinero.

Mucha gente está convencida de que la democratización de los contenidos tiene que ver con la gratuidad de la música, libros, información…

Internet es un invento maravilloso que premia el tráfico, no la buena información. Ha instalado una cultura del “todo es gratis” que todavía tiene noqueados a los medios de comunicación. No saben si apostar por cobrar o subirse a la rueda de la gratuidad. El periodismo todavía está por reinventarse en este nuevo entorno.

Además, en una época donde todo se dirige a las emociones.

La información dejó de ser un relato ecuánime en base a los hechos. Ahora, las noticias buscan entrar en un terreno emocional para provocar impacto, captar nuestra atención y llevarnos a clickear para reportar ingresos. Por eso el periodismo cada vez es más visceral y las fake news lo han entendido muy bien. Quienes las fabrican buscan que su información penetre rápidamente en un entorno y se viralice. Los generadores de fake news encuentran un caldo de cultivo idóneo en sociedades polarizadas.

¿Qué pierde el periodismo con esto?

El periodismo pierde ritmo y va tarde. Aspira a ir tan rápido como le exige la sociedad, pero no alcanza. Lo que facilita a nivel de primer impacto es tan vacuo que la gente no lo aprecia. El periodismo debería hacerse valer por otras cosas más allá de los titulares, en ese terreno es imposible vencer a las redes sociales. Comprobar datos, construir una trama en base a hechos y proponer una fotografía más amplia de lo que pasa, requiere tiempo. El periodismo no puede convertirse en una máquina de titulares y debe recuperar valor. La gente necesita entender que una cosa es información inmediata -puede ser gratuita-, y otra aquella debe apreciarse y hacerse valer. Romper la cultura del “todo es gratis” en información es un paso que como sociedad daremos tarde o temprano.
fuente aristegui noticias

* Usuario, Fecha y Hora de Creación: ID5 - 08/11/2018 - 07:02:09 hrs.
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