A las 11:13 de la mañana daba inicio la primera sesión del periodo ordinario de la LXIV Legislatura. Porfirio Muñoz Ledo, presidente de la Cámara de Diputados, acusaba haber sido agredido físicamente por otro diputado que exigía a la distancia se le otorgara el uso de palabra.

A través de una moción de orden, Gerardo Fernández Noroña solicitaba el uso de la palabra para denunciar las supuestas agresiones al fuero constitucional que padeció en las inmediaciones de Palacio Nacional, cuando se le impidió el acceso a la lectura del sexto y último informe de Gobierno.

La solicitud de Fernández Noroña fue negada, por lo que el presidente de la Mesa Directiva y el legislador del PT protagonizaron una pelea verbal sin que se abriera la posibilidad de discutir en el pleno la asistencia de Muñoz Ledo a Palacio Nacional.

Muñoz Ledo se defendía de Fernández Noroña diciendo que llegado el momento se discutirán las inquietudes, pero no le otorgaría la palabra a "un agresor".

A pesar de no contar con un micrófono abierto, Fernández Noroña insistía desde su curul que se respondiera a su exigencia. Al ser ignorado, subió a la Mesa Directivay haciendo uso del micrófono de la secretaria Ana Gabriela Guevara, dijo que "no toleraría la insolencia".

La discusión se cerró luego de que se abriera a votación si a Fernández Noroña se le debía reconocer o no el derecho a expresarse, petición negada por la mayoría de los legisladores.

Otros diputados intentaron introducir la discusión, haciendo un llamado a que no se toleren faltas de respeto en la sesiones. Argumentos a los que Muñoz Ledo insistió que debían encontrar el momento justo, por los que se continuaría con el orden establecido de la sesión.