El fracaso de la reforma
Por: Héctor Saldierna

Fecha: 21/04/2018
Hora: 04:14 hrs.



Sin duda alguna que la impericia oficial ha cobrado víctimas. El mal manejo que ha tenido Aurelio Nuño en torno a la Reforma Educativa ha traído como consecuencia lo que él no quería: que haya diálogo con el gobierno federal, que hasta el momento había mostrado cerrazón y falta de sensibilidad. Ahora es la Secretaría de Gobernación la que tendrá que llegar a un consenso con los dirigentes de la CNTE.

Hubo necesidad que explotara la violencia en Nochixtlan, Oaxaca para que en base a ocho muertes tuvieran que ceder ante los maestros que exigen que haya diálogo y respuesta a las peticiones que ya hicieron llegar a Miguel Angel Osorio Chong, en su papel de mediador.

Por diversos medios informativos y una intensa tarea publicitaria de desprestigio hacia los maestros es como el gobierno federal ha trabajado en contra del magisterio, a propósito que no han querido doblegarse ante sus designios de su Reforma Educativa, que más bien debe inscribirse como reforma laboral.

No son pocos los ciudadanos que tienen una mala imagen de los maestros y los acusan de ser negativos y que perjudican a los niños al no atender a sus requerimientos de educación.

Pero en el fondo subyacen razones de mayor peso. La Reforma Educativa no tiene esa esencia, de acuerdo al punto de vista de expertos. Más bien está buscando un objetivo laboral, que pretende eliminar las conquistas laborales obtenidas por los maestros y, además, con el ingrediente punitivo. Los están evaluando a fin que renuncien a sus conquistas en el caso que no aprueben el examen, pero también estarían siempre bajo la espada de Damocles aún en el caso de aprobar.

Por eso es que la lucha es intensa e intensiva. El descontento prevalece principalmente en cuatro entidades de la república, pero se ha extendido hacia otros Estados de la república y, lo que es peor para el gobierno, es que se han sumado diversas organizaciones sociales, universidades, intelectuales del país y del extranjero. Y para coronar esta situación hasta el mismo AMLO se ha adherido a esta lucha magisterial, siendo el 26 del presente que se organiza una mega marcha que apuntalará sobre el desprestigio oficial.

Sí acaso el gobierno de Peña Nieto no tiene la sensibilidad y la visión de aceptar su estrepitoso fracaso y continúa con la obcecación de mantener tal Reforma, entonces estaría dejando pasar una oportunidad de replantearla y buscar otros mecanismos.

No siempre se puede quedar bien. También es necesario y conveniente admitir que los maestros no claudicarán y que este movimiento social podría extenderse por todo el país y prenderse la llama de una insurrección de la cual no estamos muy alejados. Oaxaca, por ahora, constituye el ejemplo más genuino y acabado de la insurrección y no será fácil doblegar a un pueblo exaltado porque, la realidad, es que muchos maestros tienen grandes lazos sociales y de interés por su tarea que han realizado en la sierra y lugares inhóspitos.

Además, a Oaxaca han llegado relatores de la ONU que tendrán la oportunidad de conocer más de cerca el espíritu indomable de los oaxaqueños.

Para nadie es un secreto que esta Reforma Educativa fue preparada al vapor, que los diputados y senadores ni siquiera se tomaron el tiempo mínimo para analizarla y, tal como la mandaron, así la aprobaron. Fue una demostración de la pobreza y ausencia de dignidad de un poder, que en teoría, debería ser independiente, pero que actualmente ha estado sujeto sin misericordia al jefe del ejecutivo.

En una democracia, de la que México por ahora no lo es, se tendría que tomar en cuenta a todos los actores. Uno de ellos, sin duda, eran los

maestros, a quienes ni siquiera tomaron en cuenta. Luego entonces, no puede tener validez y para que ello sea viable, entonces hay que dialogar y platicar con ellos, a efecto que las sugerencias sean más efectivas y certeras.

Sin embargo lo que se advierte alrededor de todo esto es que, desde el exterior, se pretende que la educación en México se privatice y que la esencia pública, como ha sido ahora, tienda a desaparecer. Pretenden que se implante un modelo como el que funciona en los EU, pero que en la idiosincrasia nacional no tiene nada que hacer. El fracaso es el destino natural.

Todo parece indicar que los años del PRI están por concluir a más tardar en 2018. No advierten, a pesar de todo, del hartazgo social que se respira por todos los poros y que esta problemática de Nochixtlán, sumado a los Ayotzinapa y otros ejemplos tan evidentes, podría ser el detonador de la irritación social. O llegar al México Bárbaro que no deseamos.
Hasta la próxima.

* Usuario, Fecha y Hora de Creación: ID5 - 21/04/2018 - 04:18:24 hrs.
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