Este domingo Javier Duarte de Ochoa cumple un año de haber sido apresado en Guatemala y enviado a prisión, inicialmente en aquel país, y luego trasladado a México, donde es residente del Reclusorio Norte.

Un año más tarde, Duarte de Ochoa no ha sido juzgado por delincuencia organizada y lavado de dinero. No solo eso, sino que hay procesos del fuero común que ni siquiera se le han imputado.

A continuación, una breve reseña de lo que ha sido este primer año sujeto a proceso.

-El ex gobernador huyó el 14 de octubre de 2016, unas horas después de haber renunciado a su cargo, presuntamente para enfrentar las acusaciones, que previamente le habían costado su expulsión del PRI e investigaciones de nivel federal. De acuerdo con las autoridades, Flavino Ríos Alvarado lo ayudó en su huida. Ese mismo día, había sido liberada una orden de aprehensión en su contra.

-Javier Duarte fue capturado por la Interpol en un hotel de Panajachel, en Guatemala, el 15 de abril de 2017, cuando una visita de Karime Macías y sus hijos llevó a las autoridades hasta el lugar donde se escondía su esposo.

-Fue enviado a la cárcel de Matamoros, en la capital guatemalteca, desde donde se llevaron a cabo tres audiencias con gran cobertura internacional, para determinar su extradición; en la primera se le indicaron sus delitos y en la segunda, se le planteó volver a México. Finalmente, en su tercera audiencia, aceptó volver.

-Regresó al país en julio de 2017, donde fue imputado por delincuencia organizada y lavado de dinero; quedó desde entonces preso en el Reclusorio Norte, por un lapso de dos años.

– El juez Gerardo Moreno García concedió seis meses de investigación complementaria para que ambas partes recabaran las pruebas que consideraran necesarias para sostener y refutar la teoría del caso.

– A principios de este año, el 31 de enero, Duarte de Ochoa y la PGR volvieron a verse las caras; en una audiencia con una duración menor, la defensa del ex mandatario pidió seis meses más para seguir robusteciendo las pruebas a favor del ex priista, aunque también dejó ver un error en el proceso que lleva a cabo la PGR.

-Dicho error, consistente en la no judicialización de informes de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), aparentemente se contrapone a una jurisprudencia reciente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) de noviembre de 2017, que indica que todo acto tendiente a solicitar informes de cuentas personales, deberá estar vigilada por un juez, de lo contrario es violatorio de derechos humanos.

– La defensa de Duarte pretendió introducir el principio de retroactividad en beneficio del acusado e invalidar la prueba más importante del caso de la PGR; con la nulidad de una prueba, que se obtiene de manera ilegal, el caso podría caerse.

– Sin embargo, el juez determinó que dicha prueba debe continuar dentro de la carpeta de investigación, pues no tiene caso volver a realizarla, máxime que la excepción al acceso de informes de la CNBV solo correspondía al Procurador General, lo que sí fue efectuado por la PGR.

-El caso de Duarte no solo incluye estos delitos: hay cinco delitos más de la Fiscalía General del Estado (FGE), a cargo de Jorge Winckler Ortiz, que lo esperan en el momento que un juez de la Ciudad de México determine la fecha y hora de las audiencias del fuero común.

– Dichos ilícitos son abuso de autoridad, incumplimiento de un deber legal, peculado, tráfico de influencias y coalición, por desviar diversos recursos públicos, mismos que vía amparo, quiso evadir, sin lograrlo.

– En septiembre del año pasado, Duarte se puso en huelga de hambre para frenar lo que llamó una persecución de parte del gobierno de Miguel Ángel Yunes Linares, pero 16 días después la levantó. Sus procesos locales no se han detenido.

– Será hasta después de las elecciones presidenciales, que Duarte de Ochoa vaya a juicio, lo que ha sido observado como la intención de buscar un pacto político que lo deje en libertad o le valga una condena menor.

Ante este desglose de lo que ha sido el calvario de Duarte en la cárcel, la gente no está conforme con la justicia que imparte el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares pues consideran que hay otro personaje que también merece la cárcel: Fidel Herrera Beltrán, a quien curiosamente Yunes Linares ya no menciona en sus discursos, ¿será que hubo un pacto para no atacarlo?