Se aplaude que hayan detenido a Roberto González Meza, ex director de Fuerza Civil de Veracruz y a 17 ex policías más que participaron en el delito de desaparición forzada durante la administración del ex gobernador Javier Duarte de Ochoa, pero esto es una cortina de humo para que los veracruzanos olviden el escándalo de la leche caduca que destapó el alcalde de Minatitlán, Nicolás Reyes.

Este tipo de cortinas de humo las utiliza el gobernador cuando hay un tema en la palestra que le incomoda y del que quiere que los veracruzanos se olviden porque afecta su imagen pública. No sería de extrañar que toda la semana se hable de los elementos que fueron detenidos y se le dé voz a las personas agraviadas que perdieron a un familiar por culpa de estos individuos que no se tocaron el corazón para desaparecerlos. En Veracruz si se está haciendo justicia, pero en el momento indicado para que pase desapercibido lo de las leches caducas.

Lo más sorprendente de todo es que los priistas no utilicen este escándalo para golpear mediáticamente a Yunes, pues el único de los tricolores que levantó la voz fue Héctor Yunes Landa, porque hasta el mismo candidato a la gubernatura de Veracruz, Pepe Yunes Zorrilla se quedó callado. Y ya ni hablamos del dirigente estatal y nacional del PRI, Américo Zúñiga y Enrique Ochoa respectivamente.