Si buscamos en el diccionario la palabra locura, encontraremos dos acepciones: “Trastorno o perturbación patológicas de las facultades mentales; acción imprudente, o poco razonable que realiza una persona de forma irreflexiva o temeraria”.

Buscar palabras en el diccionario es necesidad imperiosa cuando los funcionarios lanzan calificativos a los actores de la vida política.

“Doy respuesta al loco López Obrador”. Olvida el señor Miguel Ángel Yunes Linares, que un calificativo lanzado a una cualquier persona, califica también al que profiere el calificativo. Locura es una compleja enfermedad mental y que es objeto de estudio de psicólogos y psiquiatras. La profesión de psicólogo o la especialidad de la psiquiatría, requiere de años de especializada formación, de estudios en la Universidad, sin embargo, Miguel Ángel Yunes Linares, el gobernador de Veracruz, diagnóstica a López Obrador como “Loco”.

El “diagnóstico" realizado por el gobernador: “Obrador es un loco, porque propone sacar a todos los delincuentes de la cárcel…” obliga a proponer que, en efecto, la conducta de más de uno de los políticos de México, pareciera una cuestión de trastorno mental, pero esa posibilidad de todo persona que nace y crece en el capitalismo, con seriedad, sólo lo puede diagnosticar un profesional de la psique humana. Pero, creemos firmemente que no estaría mal, que los aspirantes a gobernar y los que hoy ya gobiernan el país, los estados o los municipios, deberían someterse a rigurosos exámenes psicológicos y psiquiátricos, sobre todo porque a lo largo de la historia reciente, hemos tenido al frente del gobierno a perturbados mentales: al expresidente Salinas de Gortari, siendo niño, se le señaló de haber asesinado a una joven mujer del personal de servicio doméstico de su casa, hecho que lo trastorno para siempre; a Vicente Fox, también se le señaló de locura por los psicólogos del Vaticano, diagnóstico realizado poco después de haber salido de la presidencia.

¿Cuántos locos habrá en el Gobierno en estos días? El propio gobernador, Miguel Ángel Yunes Linares, ha sido acusado desde hace años de haber cometido presuntos delitos, cuya investigación quedó, hasta hoy, en el limbo; en el caso de Obrador, algunos aseguran, en accidente, haber asesinado a su hermano y a un vecino. Si eso ocurrió, ¿hasta dónde afectó esos presumibles hechos, sus facultades mentales?

La complejidad del problema no se agota en estas líneas, hay que seguir analizando, pensando y, proponer lo que mejor convenga.

Por otra parte, vale la pena comentar la asombrosa declaración del secretario de Gobierno quien aseguró que el no ve, por ninguna parte del estado, focos rojos; queriendo decir que no hay de qué preocuparse en materia de seguridad.

La sugerencia al mencionado funcionario, es que vaya inmediatamente a consulta con un especialista de la vista, porque puede padecer daltonismo, es decir, incapacidad para captar el color, principalmente el rojo y el azul.

Pobre Veracruz, sus funcionarios no andan bien de salud.