Durante todo este viernes fueron velados en su domicilio en el Infonavit Los Volcanes, los restos mortales del trompetista, Francisco Ábrego Escobedo, el cuerpo fue traslado durante la madrugada desde Tapachula, Chiapas y su funeral se daría este sábado.

Los padres del joven hablaron del doloroso suceso y cómo se han se han sentido abandonados por el grupo musical Los Flamers, donde su hijo laboraba y que en días pasados sufrió el accidente automovilístico cuando regresaban a este puerto luego de laborar.

Familiares, amigos y compañeros músicos, asistieron al domicilio del trompetista, ubicado en la calle Popocatépetl, para acompañar a los padres del finado, quienes siguen sin creer lo ocurrido y aseguran que la falta de atención oportuna y la desorganización para traer a los heridos a la ciudad de Veracruz, fue clave para que su hijo ya no esté con ellos.

Visiblemente destrozado y aún sin entender, el señor Francisco Ábrego, trata de dar una explicación a los hechos que le costaron la vida a su hijo, asegura que la falta de atención a tiempo y adecuada en la clínica del IMSS de Tapachula, derivó en que su hijo falleciera, aunado a la falta de coordinación de los encargados del grupo.

“Si yo hubiera sabido cómo estaba, hubiera movido cielo, mar y tierra, yo me lo traigo, si me hubieran dicho el estado de gravedad que él estaba, a mí simplemente me dijeron que era una factura, el doctor me lo corroboró, que le estaban dando asistencia médica por parte del IMSS, por eso yo me quedé tranquilo, porque no creo que el IMSS fallara, porque es una institución que le da una prioridad al afectado, pero de ahí vino el problema y el proceso fue el tiempo que se tardaron en que no atendieron bien a mi hijo”, explicó.

Tanto el señor Francisco Ábrego, como su esposa la señora Beatriz Escobedo, así como el resto de la familia, dijeron estar muy dolidos con el trato recibido por parte del área administrativa del grupo musical, del que no han recibido, ni una llamada, aunque no los culpan del accidente o del fallecimiento.

“Yo pienso que todavía tengo que platicar con Los Flamers, no porque quiera que me paguen algo, sino porque no era la manera en el trato, nadie ha venido, nadie me ha hablado, sé que por ahí se ampararon, por qué, qué piensan que yo los voy a demandar, no señor, yo no soy de problemas y eso tampoco a mí no me va a regresar a mi hijo, yo no los puedo culpar tampoco, porque fue un accidente”, señaló.

Este sábado se dio sepultura a los restos del trompetista, el que es recordado por sus compañeros músicos, amigos y familiares como alguien muy alegre y que seguía estudiando buscando prepararse, combinando su pasión por la música, desempeñándose en varios conjuntos musicales locales en donde laboraba.




Con información de cronicaveracruz.com