Por fin. Después de seis torneos sin lograr clasificar a la liguilla, Cruz Azul volverá a ser contendiente por el título, al romper la malaria.

La tarea se dejó al último, pero La Máquina cumplió el objetivo en casa, al derrotar 1-0 a Veracruz, que estará para el próximo torneo el último lugar de la tabla del descenso.

Los cementeros vencieron a sus fantasmas y lo hicieron en definitiva, con una remontada anímica que hace años no se veía. Ni un penalti fallado bastó para contener el ímpetu de un equipo dispuesto a todo con tal de asegurar la Fiesta Grande que tanta veces les excluyó.

Cruz Azul salió intenso en los primeros minutos del duelo, buscó por todos lados ponerse adelante de forma inmediata, no dejó entrar en ritmo a Veracruz, que jugó poco al ataque.

Los disparos del Azul terminaron fuera de la portería de Melitón.

La jugada clave fue un penal de José Arturo Rivas sobre Felipe Mora, pero Francisco Gato Silva estrelló el esférico en el poste. El partido se empezó a ensuciar con repetidas faltas en el centro del campo.

La respuesta del contrario fue inmediata y Richard Ruíz envió el balón al travesaño al 23’, pero del susto no pasó.

Para la reanudación del partido, Cruz Azul presionó, la puntería no les volvió a favorecer, por su parte, el conjunto escualo se dedicó a defender, esperando un contragolpe y buscando espacios, trabajaron compactando el campo y mantuvieron a los celestes con el balón, pero sin movimientos precisos.

Los locales, en su segunda oportunidad más clara, Adrián Aldrete disparó arriba de la barrera y por poco se fue desviado.

El balón corrió por toda la cancha y la victoria aún no llegaba, pero entonces apareció Felipe Mora, de baja estatura, pero alta moral, condición suficiente para saltar con todo a balón parado y enviar el esférico directo a las redes. El 1-0 fue concretado para júbilo de su afición.

Cristián Matías Menéndez y Leandro Díaz hicieron que por un momento regresaran los fantasmas, el cabezazo y el remate, respectivamente, se fueron muy desviados, esto en la poca respuesta de peligro de los del puerto.

La afición celeste encendió las luces, coreó al equipo en el momento más arduo y le guió hasta la victoria soñada, la que hacía falta desde hace tres años, pero que finalmente llegó, ahora en manos de Paco Jémez.

Con el resultado, los Cementeros se clasifican a la Liguilla después de seis torneos y récord de 27 puntos, pero tendrán que esperar para al final de la jornada para conocer a su rival.